Artículos sobre el español

Aprender un idioma significa muchas cosas, todas interrelacionadas y sincrónicas. Cuando empezamos a aprender un nuevo idioma tenemos la sensación de volver a mirar el mundo que nos rodea bajo una nueva luz, para poder verlo.

Nuestro propio idioma ya no nos sirve, es como si nuestro ser se viera obligado a idear nuevos modos para estar en el mundo. Esos nuevos modos tienen sonidos diferentes, palabras diferentes, y hasta gestos nuevos para nosotros. A veces descubrimos con sorpresa que una palabra o un gesto que en nuestro idioma y cultura propios significan una cosa, en el nuevo idioma tienen significados y connotaciones completamente diferentes.

Desde el primer momento en que empezamos a aprender, nuestra mente está completamente focalizada en captar la mayor cantidad de información posible. A la hora de producir las nuevas palabras recién aprendidas ponemos en marcha varios mecanismos que irán probando la validez de lo que producimos en base a los resultados que obtenemos en los interlocutores.

Estos refuerzos fomentarán la adopción de determinados hábitos en nuestra comunicación, que cada vez funcionará mejor y mejor, pues el aprendizaje es recursivo: todo lo anterior y todo lo nuevo es puesto en relación, reelaborado y reproducido. A nuestro alrededor oiremos decir: «¡cómo está mejorando tu español!».