Hola, amigos del Blog para Aprender Español.
Esta semana queremos proponeros un ejercicio creatividad. ¿Os gusta escribir? Si es así, animaos a crear una historia, un relato, un cuento, a partir de estas imágenes que os vamos a mostrar. Hay tres opciones: elegid la que mejor haga volar vuestra fantasía. Podéis empezar vuestros escritos con la fórmula típica de todos los cuentos tradicionales: «Érase una vez…»
OPCIÓN 1
OPCIÓN 2
OPCIÓN 3
Si queréis saber más sobre este juego (llamado «Story Cubes»), aquí tenéis un link al blog «Educar con Juegos de Mesa» http://juegayeduca.blogspot.com/2011/06/story-cubes.html?spref=fb
¡ANIMAOS A PARTICIPAR!
17 comentarios
Arlette · 25 agosto, 2011 a las 7:30
Érase una vez un niño muy alegre que corria a través del bosque muy tupido..tan tupido que no dejaba entrar ningun rayo de sol..El lugar era oscuro y humedo…el musgo lo podia tocar en los troncos de los arboles, crecia todo en ese lugar sin comprender el principio de la fotosintesis que requiere del el Sol para ser efectiva, habian grandes arboles , majestuosos en forma y viejos en edad, los helechos era grandisimos y expelaban un aroma muy particular, todo eso era pura magia para el niño que curioso seguia por el sendero y pensando en la gran aventura que estaba por realizar
Solo, en medio de este lugar, el silencio parecia interumpido por el sonido de las ramas de los arboles movidas armoniosamente por el viento que mas parecia a una briza…sentado en una roca de forma grotesca, miraba hacia el tope de los arboles, tan concentrado estaba que no escucho o sintio la cercania de esa entidad..se parecia a algo vebnido del espacio…sus ojos grandisimos y su nariz representada en su cara por dos agujeros..y su boca formada de una sola linea en la cara, era como si alguien ubiera abierto ese espacio con una daga o cuchillo.
La criatura salto al lado del niño, lo cual lo asusto hasta los huesos, quizo correr pero sus piernas se sentian como paralizadas, lo miro directo a esos ojos mas grandes que una uva negra, tan intensos
Se pregunto a si mismo si estaba soñando, pero al ver esa criatura habrir su supuesta boca y decir Bhu bhu..se dio cuenta que todo era un juego una broma de su hermano mayor…casi se murio y salio corriendo tratando de alcanzar a su hermano y darle lo que se merece
Fin
no tengo acentos en este ordenador…o computador
Gracias
Julia · 25 agosto, 2011 a las 7:30
Erase una vez una chica de ojos azules que soño en aprender volar. La chica pasaba horas y horas mirando a las abejas que volaban en su jardin, hablandoles: abejas, bonitas, que surte teneis, si yo pudiera volar como vosotras sería la niña más feliz del mundo. Y abejas le contestaban a la chica de ojos azules: pero si puedes volar, es muy facil, hoy en dia, todos podemos hacerlo 🙂
La chica sabia perfectamente que existen aviones, helicopteres, paracaidas pero no es lo mismo volar como abejas y volar en un avion, que además, le daba tanto miedo que solo al imaginar un viaje en avion ella cierraba sus ojos azules y no volvia abrir hasta que se acabe su viaje imaginado.
no no no – decia la niña – y si llove, si hay tormenta, vosotras sois pequeñas y escondeis en las flores y sus casitas y el avion es muy grande y puede caer. Es muy peligroso volar en avion.
Abejas solo se reian: si tienes miedo, nunca aprenderás volar. El miedo impide cumplimiento de cualquier sueño, sobre todo de volar aprender volar.
Manuel · 25 agosto, 2011 a las 7:30
Opciòn 3.
La noche llegó sin avisar, de repente, y Nacho se apretó a su peluche. Intentó no mirar afuera, aunque todos los niños a su alrededor lo hacían y parecían en el medio de un juego maravilloso, al que él no conseguía participar divirtiéndose. No le gustaba viajar en AVION, eso estaba claro. El cielo todavía estaba manchado de nubes naranjas, lejos, en algún lugar en aquel inmenso. Pero de su asiento, el niño no veía nada más que negro: una grande manta oscura que había cubierto el avión, como para darle las buenas noches riéndose de sus pasajeros. Nacho pensó que lo que se veía por la ventanilla del avión, era el color de la soledad. Y él la estaba cruzando, hasta más allá de la nada.
Su familia no se daba cuenta de lo que pasaba: el libro que estaba leyendo el padre, la revista de su madre y la música de su hermana mayor, eran mucho más interesantes de cualquier emoción probara Nacho, en su primera vez en el cielo. Ellos estaban ahí, despistados, en el medio de lo más normal del mundo.
No te preocupes, Nacho, no te va a pasar nada. Repetía a sí mismo. Solo es un color, nada más. Se fuerte, se valiente, ya eres valiente, ¿no lo ves? Su corazón latía a una velocidad que nunca había alcanzado, hasta que todo de una vez un RAYO estalló en el cielo, dejando una cicatriz luminosa en aquel vacío espantoso. La lluvia empezó a mojar las ventanas y Nacho conoció otra cara del MIEDO. Lo que te sale por dentro, que hiela la sangre y te da ganas de correr. Eso, sí: quiero correr. Quiero irme de aquí, ya. Pensó el niño.
Así Nacho tomó su primera decisión importante en la vida: cerró los ojos y empezó a soñar. ¡Soy una mariposa, soy una nube! ¡Pues no, qué va! Soy el avión, claro. Soy el viento que sopla en el cielo: no me voy a caer, y no voy a llorar. Puedo ser pájaro, si es lo que quiero; una águila fuerte, veloz, y sin miedo. O puedo ir despacio y ser algo menos: una tímida ABEJA zumbando, riendo.
Isabel · 29 agosto, 2011 a las 7:30
El, estaba lejos de casa, lejos de su hija. Soñaba con volar a su lado. Estaba recostado leyendo un libro de gramática española, para aprender las reglas del idioma de su amada. De repente sono un trueno y un inmenso relampago iluminó toda la estancia donde se encontraba, su cuerpo sintió un repelús. Una abeja chocó contra el cristal, como pidiendo auxilio. El, sintió cierta pena, pero su rostro cambió iluminándose con una sonrisa al ver la foto de su hija y pensar que en 15 días estaría a su lado.
Miguel · 30 agosto, 2011 a las 7:30
Erase una vez una pareja de enamorados que dormían arropados en una manta, sobre una esterilla, sobre la arena de la playa. Estaban juntos entre páginas de libros, papel de magdalenas, caricias y abrazos de medianoche, con el oleaje plácido de la vida.
Con la oscuridad de testigo, una estrella fugaz rasgó la noche, lejos sin emitir ningún sonido. Una partícula se desprendió de aquel fenómeno astronómico desconocido. Aquella Perseida salida de fechas, se acercó a la playa iluminando todo a su alrededor, a una velocidad prodigiosa que rasgaba, con marca de flecha, el oleaje de la mar.
La pareja se despertó rodeada de iluminación y sonido. La Perseida distraída pasó veloz sobre ellos, acercándose cada vez más a la tierra y apartándose del firmamento, bramando y anunciando lo que estaba a punto de suceder.
La luz, la partícula, la punta celestial tomó tierra marcándose en la arena de la playa, levantando una columna de polvo a su alrededor. No hubo más estropicio. Al cabo de poco tiempo la oscuridad volvió a reinar, excepto en el punto donde la partícula de cometa había tocado tierra. Entre polvo estelar y luces de luna, una figura humana apareció. Vestía chaleco, corbata, pantalón y zapatos, un gran mostacho se sostenía bajo su abundante nariz. Llegó a preguntar -¿Sabéis quién soy?-, la pareja de enamorados buscó entre sus libros sin decir nada. Él levantó el libro de «Las aventuras de Tom Sawyer», ella respondió -Eres Mark Twain, llegaste con el cometa Halley y con el cometa Halley te marcharás-.
Mirta · 9 diciembre, 2011 a las 7:30
Es invierno.Las calles de la ciudad están vacías. Sólo se ven las sombras de los árboles que se recuestan silenciosas marcando su silueta oscura. La familia, en el interior de sus hogares,rodeando la estufa para no sentir frío, comparte la charla y un café. Todo es paz, armonía, unión. De pronto, el ulular de las sirenas alteran la calma familiar. Todos los vecinos salen a las veredas para ver qué pasa. Y ahí lo ven, ahí está, agazapado, furioso, con la máxima intención de ataque ante cualquier movimiento. De todas las bocas sale un:-OOOhhhh!!, de asombro y temor. Nadie atina a hacer nada, sólo miran y esperan. El enorme león lanza un rugido, retrocede un metro, más o menos, vuelve a rugir y sacude con ira su enorme melena. Alertada la policía de esta situación, llega al lugar con sus efectivos portando armas de todo calibre. Estaban dispuestos a disparar contra la fiera, cuando de repente, de entre la gente reunida, sale un niño de aproximadamente once años. Rápidamente se acerca al león sin que nadie pudiera detenerlo por la rapidez con que lo hizo.Con total naturalidad, le habla suavemente, le acaricia su melena, y toma entre sus manos la pata del león. Estaba herido. Sangraba. Se sacó su camisa, envolvió la herida presionando un poco para que dejara de sangrar y lo ayudó a recostarse sobre la calle. Un veterinario que estaba en el lugar se ofreció para curarlo y llevarlo nuevamente al parque de donde había escapado. El niño ya no pudo separarse de nuevo amigo. Él supo entender que el león estaba sufriendo y sólo quería que alguien lo ayude y le calme el dolor. Todos, a veces, mostramos las garras, pero no por maldad, sino por soledad y falta de afecto; cuando un amigo nos brinda una palabra y una caricia, nos sentimos mimados y queridos, salen nuestras mejores virtudes y podemos devolver amor, ese amor que tanto bien nos hace a todos.
Raquel · 9 diciembre, 2011 a las 7:30
¡Gracias, Mirta!
Es precioso, enhorabuena.
Un saludo,
EBPAES
Mirta · 9 diciembre, 2011 a las 7:30
Gracias a ti por darme la oportunidad de expresar eso que me gusta tanto: dejar volar la imaginación pero siempre con alguna enseñanza. Cariños.
Mirta · 10 diciembre, 2011 a las 7:30
Ella estaba sola, vivía sola. Era viuda. Sus hijos ya habían formado sus hogares y en ellos vivían con sus respectivas familias. Siempre se ocuparon de su madre. Siempre estuvieron atentos, pendientes de que no pase un domingo sola o cualquier otra fecha de significancia. Acompañada estaba, por sus hijos, sus nueras, sus nietos. Pero ella sentía que nada de todo eso ya era suyo. La noche, mala consejera, hacía aflorar sus más grandes penas y la soledad la envolvía tratando de asfixiarla. Poco tiempo después de quedar viuda, se compró la computadora, le instalaron Internet con todos los avances del momento. Ella ya sabía mucho del tema porque lo había desarrollado en la escuela donde se había jubilado poco tiempo atrás. Pero apareció Facebook, con toda su red de contactos, de amigos nuevos que aparecían quién sabe de dónde. Una tarde, cuatro y 30 aproximadamente, del 21 de febrero, un amigo nuevo le ofrecía amistad. No entendió el nombre porque eran una serie de garabatos, como decimos nosotros, inentendibles. Ella aceptó y al instante, este amigo nuevo, le dijo su nombre, que era de Egipto, estudiante de español y necesitaba que alguien lo ayude a mejorar la escritura. Ella se sintió feliz, de esta forma podía seguir siendo maestra a distancia, y mucha distancia, pero la idea la atrapó desde el comienzo. Todos los días estos amigos, él muy jovencito, se comunicaban y tenían largas conversaciones, hasta de dos y tres horas. Se fueron conociendo mucho. Se creó una amistad tan profunda, tan íntima, que ya conocían todos los aspectos de la vida de cada uno. El muchacho tenía novia. Ella lo sabía. Pero el amor fue naciendo en ella sin que se diera cuenta. Desesperada por la situación no sabía qué hacer, se condenaba en silencio y lloraba largas horas por este amor imposible. Un día le confesó su amor, lloró mucho, le pidió perdón, le dijo que no esperaba nada, que jamás iba a hacerle algún daño. que nunca iba a molestarlo, sólo le pedía un ratito de charlas, con eso solamente se conformaba. Él aceptó. Lo mismo un tiempo estuvieron distanciados. Él también la amaba, pero no como mujer,(se entiende), la amaba como su mejor amiga, su profesora, su hermana. Esa relación hoy aún continúa, como verdaderos hermanos. Acercando cada vez más a sus familias. Los dos se aman, cada uno a su modo. Ella vive esperando la conexión, pero también supo y pudo entender que su vida es su familia, sus amigos y que este amigo lejano, es sólo un amigo virtual que llegó a su vida en un momento en que ella estaba muy vulnerable, sólo Dios sabrá hasta cuándo seguirá esta relación de amistad. Y cuando termine, tendrá que darle gracias a Dios y a este amigo, por haber vuelto a sentir amor en su corazón. «Amor es eso que sentimos sin darnos cuenta»
María · 10 diciembre, 2011 a las 7:30
Hola Mirta:
Esta historia se merece una segunda parte o una continuación ¿terminarán un día queriéndose de la misma manera?
Muchas gracias por participar,
María
EBPAES
Laura · 25 febrero, 2012 a las 7:30
OPCIÓN 2
Después de todo lo sucedido no podía dejar que esto quedará así, se sentía perdido al igual que una brújula cuando su flecha señala por todas partes sin querer tímidamente señalar el norte. Se dedico a viajar por varios continentes, digamos que casi recorrió el mundo, pero por más que buscaba no encontraba una solución, ¡con lo fácil que hubiera sido encontrarla escrita en un libro!. Fue una noche mirando las estrellas cuando se dio cuenta que la única solución era seguir viviendo, espontáneo como una estrella fugaz en el cielo que sigue su camino sin saber donde va a terminar.
María · 25 febrero, 2012 a las 7:30
Gracias, Laura. ¿Te ha visitado la musa este fin de semana?
Un saludo desde Madrid y gracias por tu historia.
lola · 19 octubre, 2012 a las 7:30
no entendi nada
María · 20 octubre, 2012 a las 7:30
Hola, Lola:
Es muy simple. Se trata de elegir una de las opciones, inspirarse en las imágenes de los dados, y a partir de ahí escribir una historia.
Si te animas a escribir una estaremos encantados de compartirla con todos.
Un saludo,
EBPAES
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